martes, 23 de marzo de 2010

Shahada


Una de las sorpresas de la Berlinale este año fue la película alemana Shahada del director alemán Burhan Qurbani. Lo más sorprendente de la película, muy buena por cierto, fue que es la película que presentó como examen de graduación en la Universidad. Un joven talentoso, hijo de emigrantes afganos, que promete mucho.



Shahada es una de las cinco columnas del Islam y es una especie de "credo" para los cristianos, es decir un pronunciamiento que define a un musulmán frente a los demás: "No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta.". Esta profesión de fe implica un camino hacia la propia identificación dentro y fuera de la comunidad musulmana. Como se ve y se sitúa una persona, qué camino decide seguir, que hay muchos.

Son tres historias enlazadas de tres jóvenes musulmanes, migrantes o hijos de migrantes, en Berlin. Ismail, un policía plagado por un sentimiento de culpa a raiz de la muerte de un niño, que lo separa de su esposa, y lo hace buscar redención. Samir, un joven que descubre el amor en un compañero de trabajo y que lo pondrá en conflicto con lo que cree es el islam. Y Maryam, la hija de un imán progresista, que, a raíz de las complicaciones, tanto físicas como síquicas, de un aborto ilegal, busca apoyarse en la fundamentalismo.
Éstas historias se dividen en capítulos que coinciden con los cinco pilares del islam:
  1. La entrega (La oración)
  2. El sacrificio (La limosna)
  3. La autorrenuncia (El ayuno)
  4. La decisión (La profesión de fe- Shahada)
  5. La sanación (La peregrinación a La Meca)


Aquí el trailer.



Lo que suena como a una película religiosa, en realidad no lo es. Como el cristianismo y los diez mandamientos en "Decálogo" del director polaco Krzysztof Kieślowski, aquí también el islam y sus pilares sirven de marco a las historias que podrían muy bien suceder en muchas otras religiones o culturas. La solución de los planteamientos de la historia son completamente inesperados y en ninguna forma moralistas o paternalistas. Como diría mi amiga Marisa: "son como la vida misma". Me encantó la dramaturgia, que las historias son completas y no se deja ningún cabo suelto. Por eso no me sorpendió ver en los títulos al final, un consejero de asuntos religiosos y otro para asuntos médicos.

Para que vean que no es una película llena de clichés, aquí les dejo la canción con la que empieza la película. Está en alemán, se llama "Yo no tengo ninguna obligación de hacer nada" ("Ich muss gar nichts"), empieza así: "el coro dice: "no tengo la obligación de hacer nada, aparte de respirar, tomar (líquidos), dormir y coger, y vivir según mis propiar reglas." Y canten conmigo: "Ich muss gar nichts" (que sería algo como lo que decía Gloria Trevi: no por obligación, tal vez por decisión, pero lo que es hoy no no no no,no quiero, no no no quiero).




En cuanto salga la película en el cine, que espero que llegue, deplano que la vuelvo a ver. Y, como dicen unas revistas: esta película le gustará si le gustó "Contra la pared" del director, también alemán, Fatih Akin.

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