jueves, 24 de junio de 2010
Ganó Japón, que vivan los bajitos
arriba los bajos
(El club de la comedia)
¿Han observado que cada día lo pequeño está más de moda? Los móviles, los ordenadores, las cámaras de vídeo... ¡Cada vez son más pequeños! Y digo yo, ¿con los bajitos qué pasa? ¿Por qué no estamos de moda? ¡A mí que no me toquen las narices que la lío, ¿eh? Hay que rebelarse. Al fin y al cabo los bajitos somos la mayoría. Sólo contando a los chinos y a los japoneses somos mayoría. Bueno, y sin contar a los japoneses. Sólo contando a los chinos ¡seguimos siendo mayoría absoluta! Y sin embargo nos estamos dejando avasallar por los altos.
En el baloncesto por ejemplo. ¿Quién ha sido el capullo que ha puesto los cestos esos tan altos? Es que es de idiotas... al baloncesto sólo pueden jugar seis o siete, porque hay que medir dos metros. ¡Oye! ¡Baja un poco las canastas y jugamos todos!
¿Y la ropa? Ahora te vas a comprar una chaqueta y te llegan todas por las rodillas, que te ves en el espejo y exclamas:
- ¡Coño si parezco Chita con chaqueta!
- No se preocupe. Eso se lo arreglamos.
Y si que te lo arreglan sí. Le pegan un corte y te quitan medio bolsillo, que no te cabe ni el tabaco. Porque digo yo que si son capaces de hacer vestidos que le quedan bien a la barbie, ¿por qué no hacen ropa que nos quede bien a los bajitos? Yo soy bajito, ¡pero Ken es más bajito que yo!
Pero eso nos pasa desde siempre. Los bajitos hemos estado acomplejados a lo largo de toda la historia, incluso los más poderosos: Napoleón, Hitler, Maradona,... ¡se avergonzaban de ser pequeños! ¿Por qué se creen que Napoleón llevaba ese gorro?¡Pues para parecer más alto! ¡Hay que superar de una vez el complejo de bajito! Porque ser bajito también tiene sus ventajas.
Para empezar los bajitos somos más inteligentes. Porque tenemos que buscarnos la vida. Cuando eres pequeño y bajito todas las cosas inteligentes estas altas: el chocolate, las galletas, las revistas porno... ¿a qué las espinacas nunca estaban altas?Y claro, si querías algo tenías que pedirlo:
- Mamá, dame chocolate.
- No, cómete este hígado crudo y crecerás, como tu hermano Antonio.
Y tenías que poner a funcionar tu inteligencia. Cogías una banqueta, y cuando te echaban la bronca decías:
- Ha sido Antonio, yo no llego.
Los bajitos cuando nos ponemos conseguimos que los altos hagan el trabajo por nosotros. Por ejemplo, ¿quién nos sube las maletas al maletero de los aviones? Los altos. ¿Quién nos acerca las latas de sardinas en el súper? Los altos. ¿Quién nos sube a hombros en los conciertos para que veamos? Los altos.
¿Y quién tiene la pasta? Los bajitos. Fijense en quienes son los que conducen los Mercedes. ¡Nunca pasan del metro sesenta!
No hay más que fijarse en la naturaleza para ver que los bajitos estamos mejor diseñados. Fíjensen en las jirafas. ¿Se han dado cuenta del número que tienen que montar las jirafas para beber? Tienen que espatarrarse así y ponerse a unos metros del agua, porque como no pueden doblar el cuello, si se ponen a la orilla se pasan. ¿Y para hacer el amor? ¿Se imaginan a dos jirafas haciendo un sesenta y nueve?Sin embargo un conejo... ¡buah! Yo cuando veo un conejo me identifico. Son perfectos, corren, saltan, ¡y hacen el sesenta y nueve que da gloria verlos!
Y lo mismo pasa con las personas. En la cama no hay color, sobre todo en invierno. Un bajito está con una tía, y se mete debajo de la manta, y puede ir bajando y bajando... ¡y cabe perfectamente! El alto llega al ombligo y no puede bajar más porque se le traban los pies en la manta.
Pues eso, lo que venía a decir yo. Que ¡abajo los altos! y ¡arriba los bajos!
Viva los nipones, se merecían mucho, el ganar... Y tiene toda la razón, las cosas pequeñas son más valiosas y bellas que las grandes. Por eso son más especiales y más caras. Por lo que vivan los pequeños. Hurra!!!
ResponderEliminarGracias Ud,
ResponderEliminarsí arriba los nosotros los bajitos.