dirigida por Roni Alvarenga
Dos muchachos de la calle narran la violencia cotidiana en forma de comentaristas de fútbol. Y así como los comentaristas, no se meten en los sucesos, sino que esperan, solamente, que el juego tenga un final justo. Muy buena idea. Y muy buena música. Duele la violencia. Duele la impotencia. Y, sin embargo, los personajes son simpáticos y al final se queda uno con la idea de que, de alguna forma, el juego continúa.
"Tal vez esto es lo que llaman el destino, saber lo que va a ocurrir, saber que no hay nada que pueda evitarlo, y quedarse quietos, mirando, como puros observadores del espectáculo del mundo."
José Saramago en "El año de la muerte de Ricardo Reis"
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