Me contaron hace poco sobre un video que está en youtube y que muestra un asalto en un bus urbano en Guatemala. Mi primera reacción fue decir "no lo voy a ver", ya que no poseo ese tipo de curiosidad morbosa tratándose de una situación tan violenta (en otras situaciones tal vez sí). Sin embargo después de ver que éste es presentado en la página de un periódico guatemalteco, y que ha sido tema de análisis de por lo menos dos escritores guatemaltecos, Javier Payeras y Julio Serrano, pensé que realmente era un tema sobre el que debe discutirse. Es un tema que tiene muchas aristas, por lo que quiero referirme solo a algunas de ellas.
La primera, la clara. No solo es una violación del derecho de publicación de datos personales, imágenes y videos de personas sin su autorización, sino un nuevo acto de violencia el que las víctimas sean expuestas públicamente en una situación de esa magnitud. Lo peor es que, ya puesto en youtube, es imposible controlar su distribución y utilización.
La segunda, esa combinación de vouyerismo y búsqueda de lo auténtico, combinada con morbo, característica de esta época del reality show, y noticieros amarillistas. Se ha cuestionado mucho la autenticidad de las imágenes, tanto en fotografía, la fotografía periodística, como en el documental, tanto que actualmente algunos fotógrafos y nuevos documentaristas se han alejado de la pretención de la objetividad. El video en cuestión, por ejemplo, abandona su objetividad en el momento en que se sitúa en un contexto y se intenta dar un mensaje a través de su publicación masiva. Se lleva al espectador a ser vouyeur de una situación de violencia extrema, desde una misma posición en que se ve una película de terror, o algún videomontaje. Almodóvar reflexionó sobre ello en la película Kika, en la que por cierto, incluye una representación fílmica de un asesinato que fue pasado en "Primer Impacto" y que es uno de los que marcó el comienzo de esta era de filmación de actos de violencia reales en el marco latinoamericano.
En Kika, Almodóvar presenta a Andrea, una periodista (Victoria Abril) sin escrúpulos, que presenta cualquier material que sea lo suficientemente espectacular, sin importar la dignidad de las víctimas. Kika (Verónica Forqué) es una mujer que es violada, y que su propio marido filma la violación y manda el video a Andrea a para ser pasado en el programa de televisión que esta periodista modera. Y es el caso que sucede con este video. Las personas que supuestamente están "protestando" contra la violencia, distribuyendo el video, en lugar de proteger, exponen a las víctimas al morbo y a una situación doblemente denigrante.
La tercera arista de este tema, es la manipulación de la opinión pública a través de el video "realista". Esto está relacionado con la "Doctrina del Shock", analizada en el libro de Naomi Kleins, que indica cómo el shock, inducido o no, puede ser utilizado para desubicar a las personas de tal forma que puedan ser influenciadas de una manera más fácil.
Además, también está relacionado con la ocupación del espacio medial para fines políticos. No quiero decir con esto que el video haya sido provocado. Sin embargo su difusión precisamente en redes sociales puede ser utilizado a un nivel de ejercicio de poder y juego estratégico. En una entrevista, el filósofo y teórico medial Boris Groys, cuestionado sobre la relación entre el arte, el terrorismo y los medios, dice:
"El espacio mediático fue ocupado. Hablamos normalmente de la ocupación de espacios geográficos, la ocupación del Irak, por ejemplo. El espacio mediático es también un espacio estratégico y los terroristas o los autores intelectuales, lo ocuparon, de tal forma que estas imágenes fueron proyectadas casi en exclusiva durante muchos meses. La pregunta es: Cómo entro en este espacio mediático y cómo me apodero de él, cómo puedo adquirir el poder sobre los medios y cómo lo ejerzo. Es la pregunta que nos ocupa a todos."
Como dice Javier Payeras, ya vimos cómo se movieron opiniones y personas a través del video de Rosemberg, es decir, ya la política ocupó el espacio mediático. La campaña electoral pasada, nos enseñó cómo se utiliza el spam, y en esta campaña electoral, que supuestamente aún no se ha iniciado, ya hemos visto nuevas estrategias de propaganda. Que la desesperación y la violencia pueda servir para fines políticos no es nada nuevo. Lo nuevo es que, en esta época en que nada existe si no tiene su representación respectiva en imagen mediática, la violencia tuvo que llegar a youtube para ser considerada "real".
PS. El próximo post, si será de cine cine.
4 comentarios:
Tratando de relacionar el asunto lamentable, patética y deplorable de la difusión de ese vídeo con el cine, también recuerdo Tesis de Amenábar que estoy seguro haz de conocer. La diferencia claro, uno es ficción. ¿Verdad?
Recuerdo las imágenes finales de esa película. Con el vídeo este, casi puedo vernos en las mismas dándole clic en ese diario que otrora solía venderse como uno serio, y embobados esperar el desenlace.
Muy buena comparación. Las snuff movies son el non-plus-ultra de esta aberración. Y ese tipo de morbo es pariente, precisamente de este tipo de búsqueda de lo "auténtico".
Buena onda por ese aporte!
De quién es la responsabilidad, del público ("dar al público lo que quiere") o de los medios o del que lo filma o del que perpetra el delito?
De todos, por supuesto. Pero los medios, que crean necesidades más.
Culpa de todos ciertamente. Somos una cultura violenta y casi es hasta cliché decirlo.
Pero los de los medios es perverso. Lucran con eso. Generan audiencias con eso. "Dar al público lo que quiere" Claro, pero no creo que el público sea "sólo eso" lo que quiere. Perverso, ya lo dije.
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