Este sábado 12 de enero del 2013 a las 19:00 se proyectara la película Polvo del director Julio Hernández con motivo del tercer aniversario de Casa Roja 3 ave 6-51 zona1 (Guatemala, Capital).
Les incluyo una entrevista sacada de la página del 19 Festival de Valdivia:
http://2012.ficvaldivia.cl/festival/maleta/la-maleta-3-jueves/julio-hernandez-cordon-sobre-polvo/
Julio Hernández Cordón sobre ‘Polvo’:“ME CREA TORMENTAS INTERNAS EL TEMA Y SÉ QUE ME VA A CREAR TORMENTAS FUERTES EN GUATEMALA”.
Ignacio Juricic (I.J): Temáticamente, esta cinta se aleja bastante de tu trabajo en ‘Las marimbas del Infierno’. ¿Qué relaciones existen entre ambas?
Julio Hernández Cordón (J.H.C): ‘Polvo’ es un proyecto que se desarrolló antes que ‘Marimbas del Infierno’. ‘Marimbas’ la hice de cierto modo en mi tiempo libre y con la idea de jugar y relajarme. El proceso de ‘Polvo’, en cambio, fue bastante desgastante. La relación entre ambas es el punto geográfico, además de que me gustan los personajes frágiles, un poco outsiders, contradictorios y que no saben relacionarse con el otro.
I.J: Si no me equivoco, la idea nace de un documental que realizaste sobre las mujeres indígenas que buscan a sus maridos. ¿Cómo fue el recorrido desde ahí hasta ‘Polvo’?
J.H.C: En el documental que hice me enfermé, me dio un ataque de asma que me llevó a emergencias de un hospital. Me costó convivir con lo que vi y con lo que escuché. No quería terminar el documental. Me asfixiaba. Me rebasó. No di la talla. Entonces me di cuenta que existía una historia más honesta cuando la cámara se apagaba, algo más humano y contradictorio. Y eso me inquietó.
I.J: Si ‘Marimbas’ la hiciste con la idea de jugar, ¿qué diferencia hay en la forma de aproximarte a ese tipo de trabajo con ‘Polvo’, que es claramente más densa?
J.H.C: ‘Marimbas’ se hizo en dos semanas, con equipo prestado y con cinco amigos como crew. No había nada escrito y nada que perder. La hice para mí, en el sentido que quería disfrutar un rodaje, experimentar y aprender cómo producir con poco en un lugar como Guatemala. ‘Polvo’ es una película complicada y densa. Me siento contento de cerrar ese capítulo y sentía que debía hacer una película que tocara esas heridas que no se cierran en Guatemala. Me crea tormentas internas el tema y sé que me va a crear tormentas fuertes en Guatemala. Pero creo que es una película que merece existir, no tanto por su hechura o estética, como por lo que plantea y el diálogo que puede provocar en mi país. Esa es mi pretensión. Lo más probable es que falle, todo falla por estos lares.
I.J: La inclusión de los personajes que interpretan a documentalistas, ¿puede entenderse como una reflexión sobre el acto cinematográfico en sí mismo?
J.H.C: Los pocos documentales que hice siempre me ocasionaron grandes conflictos acerca de mi relación con los personajes y su contexto. Me preguntaba muchas cosas acerca del propósito del material, además de mis ganas de narrar, de que me paguen por retratar a otros. Me cuestionaba: ¿qué derecho tengo yo de exponer a la gente?.
I.J: En esa misma línea, el propio realizador también se ve dentro del conflicto que está retratando, ¿cómo entras tú a la problemática de tu trabajo?
J.H.C: Me afecta. Me siento culpable de regresar a mi casa y seguir mi vida, mientras dejo un pueblo con problemas graves que a nadie le interesan y que es complicado que se solucionen. Y no me siento con la capacidad de aportar algo real.
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