Debo confesar que cuando fui a ver Slumdog Millionaire, fui acompañada de mis prejuicios. Suelo desconfiar de la mirada primermundista al llamado tercer mundo. Me molesta el punto de vista paternalista de una "Buena Vista Social Club" de Wim Wenders o la presentación de un país por parte de alguien que ve pero no entiende nada, como en "La corta vida de José Antonio Gutierrez" de Heidi Specogna. Claro que han habido suficientes ejemplos que me pudieran haber convencido de lo contrario, como "Las Estrellas de la Línea" de Chema Rodríguez o "Apaga y vámono" (de Manel Mayol) . Pero ya ven como son los prejuicios, que se le pegan a uno, y no hay más posibilidad de quitárselos que confrontándolos con la realidad. Así que, aún con mis dudas, le di la oportunidad a la película y, sinceramente, no me arrepientí.
Danny Boyle construyó una gran película, digna de todos los óscares que ganó. La fotografía es espectacular y la música es precisa. Los actores están muy bien, principalmente los niños.
La estructura es una mezcla de cenicienta y Rocky con películas de gangsters y el caballero que salva a la princesa del dragón, con un final a lo Bollywood. Lo mejor de todo es que esta mezcla no solo funciona sino que también atrapa al espectador, quien espera con ansiedad la historia que se derivará de la próxima pregunta del concurso.
Si bien existe un énfasis en la violencia, la pobreza y la corrupción, como cliché tercermundista, la historia se entiende más bien como un homenaje a todos aquellos que se esfuerzan día a día por sobrevivir. Por lo tanto no me parece ni paternalista ni con vista a lo exótico. Y, si bien la historia que sirve de hilo a la película es poco creíble, eso solo me señala que lo que se está representando no es la India, que esta película no tiene intenciones de ser un documental, así como "Train Spotting" y sus drogadictos no era Gran Bretaña.
Conclusión: una película recomendable.
PD. Pero por favor, que no la utilicen para seminarios motivacionales! ;-)